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EDITORIAL DE LA UNIVERSIDAD ESTATAL A DISTANCIA
A UN CLIC
La tarde está deliciosamente lluviosa, ¡truena! y me acompaño de este café, para escribirte lo importante que has sido en mi vida.
¿Recordás aquel trabajo del que te conté una vez que, aunque muy honrado, no me gustaba y era muy mal remunerado? ¿Aquel que acepté porque era jefa de hogar y madre de dos jóvenes con un futuro por delante? Pues, fue gracias a ese trabajo que me di cuenta de que necesitaba respaldar mi experiencia laboral con un título académico universitario y fue en este retador momento de mi vida cuando entraste vos, con tu calidez, tu humanidad, solidaridad y nobleza. Me abriste una puerta muy luminosa, de muchos colores y formas, muy grande, que me ofreció un camino para superarme.
Estoy próxima a graduarme, ¡brinco de felicidad! y eso te lo debo a vos.
¡Qué casualidad!, pensaba mientras observaba en la televisión las olimpiadas de París, ¡cuánto se asemeja la carrera de tres mil metros con obstáculos a mi carrera en la UNED! Veía en cada disciplina la cantidad de carreras que ofrece y, en cada entrenador, a cada profesor de mis cursos de carrera, siempre con sus palabras de apoyo, motivación e inspiración.
Cada obstáculo y cada foso de agua eran para mí una prueba evaluativa, una tarea, un trabajo de investigación y hasta los famosos, creativos y retadores casos del curso de Finanzas a Corto Plazo.
Los textos didácticos que me acompañaban hasta en el bus y a los que ¡sí que les saqué el jugo! eran, como para el atleta, un suplemento nutricional; los subrayaba, me encantaba hacerles anotaciones y resúmenes. Las tutorías virtuales y los videotutoriales eran ese entrenamiento intensivo para vencer cada obstáculo que me acercaba a la meta.
Veo la llama olímpica, esa llama de cultura y progreso, y puedo imaginarme a Prometeo entregándotela y cómo vos has transferido esa luz por cuarenta y siete años a todo aquel que, como yo, quiso entrenarse para vencer obstáculos y alcanzar la meta para superarse.
¡Qué bello es decirte la palabra más linda que existe! ¡Gracias! ¡Gracias, UNED! Gracias, porque me ayudaste incondicionalmente a alcanzar esta meta, porque me siento muy bien entrenada para enfrentarme a la vida; gracias por la oportunidad que me diste para foguearme en este mundo tecnológico que avanza a pasos agigantados; gracias por este machete tan afilado y brillante que me ayudará a enfrentarme a cualquier cafetal, a cualquier obstáculo o foso de agua en mi vida. Gracias, porque hoy me siento más empoderada y líder que nunca.
Gracias por esta medalla de luz en mi vida, gracias por mantener esta llama encendida como líder en la educación a distancia, en tecnologías de información y como portadora de la antorcha del conocimiento hasta el rincón más alejado de nuestro país.
¡Gracias por tener tu puerta siempre abierta, por estar tan, pero tan cerca; por estar a tan solo un clic!
[i] Estudiante de la UNED
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