Selección Anual de Poesía EUNED 2022. Walter Torres Rodríguez: “La motivación para escribir siempre es escribir”
Niños ferales, de Walter Torres Rodríguez, resultó ganador en la Selección Anual de Poesía EUNED 2022
El poemario será presentado en la Feria Internacional del Libro 2023
Walter Torres Rodríguez es maestro de primaria y escritor
Carolina Arias Núñez
Promoción editorial
Con el seudónimo John Ssabunnya, Walter Torres Rodríguez (San José, 1992), sometió a consideración de la Editorial de la UNED su poemario Niños ferales, el cual resultó ganador en la Selección Anual de Poesía 2022.
Esta no es la primera publicación literaria de Torres Rodríguez, cuyo poemario Cinefilia obtuvo el primer lugar en el certamen literario de la Universidad de Costa Rica (UCR) en 2019. En 2022, ganó una mención de honor en el certamen UNA Palabra con su cuentario Cabeza ‘e chancho y algunos de sus textos han aparecido en revistas y antologías, como la Y2K y Poesía en tiempos de pánico.
Conversamos brevemente con el joven escritor, licenciado en Educación Primaria y docente de Español.
1. ¿De qué trata Niños ferales?
Los niños ferales son niños que, por una u otra razón, fueron "abandonados" en la naturaleza y fueron criados por otros animales. Hago énfasis en ese "otros animales" porque solemos olvidar que somos una entre tantas especias. Pongo entre comillas el "abandonados" porque, más bien, siento que fueron devueltos, restituidos. Nos lamentamos de que, una vez encerrados en un laboratorio, no puedan aprender a escribir correos ni se puedan integrar al horario de oficina. Más me lamento de que yo no pueda olvidarlo.
Los seres civilizados tenemos tan poca identidad que necesitamos identificarnos con un signo zodiacal o un espíritu guardián, soñar con “micomalos” y minotauros, rezarle a un pez o a una res, usar como insultos a zorras y cerdos. En ese sentido, una tortuga ninja me parece más un humano zoomórfico que un animal antropoformizado.
Lo mismo sucede con los poemas en Niños ferales: la condición humana es tan abstracta y absurda que la única forma de analizarla es a través de otros seres más reales, más tangibles, con un motivo verdadero para estar aquí. La única esperanza recae en pensar que, tal vez, el salvajismo no sea algo que se apodere de quien fue olvidado, sino algo que dormita al fondo de quien cree que ha trascendido.
2. ¿Cómo fue el proceso de su escritura?
Hay quienes escriben sobre un tema a voluntad; otros escriben de cualquier cosa y, luego, hacen una antología con un título como paraguas que tape todo. Yo (y otros tantos, supongo) solo me obsesiono con un tema y, cuando ya me aburro, intento rescatar y juntar algunos textos que representen esa etapa de mi vida. Ya pasé por las películas, los animales y la familia. Prometo que mañana me obsesionaré con algo más original, como suculentas o marcas de cereales.
3. ¿Cuál fue su motivación para escribir este poemario?
Ya que al final no hay otra recompensa, la motivación para escribir siempre es escribir. Escribo con la misma motivación de quien riega las plantas o se sienta un rato a ver una mancha en la pared. Escribir es, en última instancia, como comer una naranja o llevar un buen matrimonio.
4. ¿Cómo se inserta este trabajo en su carrera como escritor?
Es el segundo libro que publico, ya que, lamentablemente, el “primer segundo” aún está en veremos (espero poder darlo a luz pronto, ya se me está enquistando). Supongo que hace currículum (ojalá alguien lo valore en el de un profe de Español, porque ciertos MinistErios, pues no), enorgullece a mis estudiantes de 10 años y me devuelve momentáneamente a la memoria de quienes insisten en participar de nuestra pequeña escena literaria.
A nivel personal, me alegra que alguien pueda leer lo que escribí y sienta que es bueno (o no) y se eche a descansar un domingo. Tal vez, un día, todo esto sea malinterpretado y se convierta en religión.
5. ¿Qué significa para usted y su carrera que este poemario haya sido escogido, en la Selección Anual de Poesía EUNED, para su publicación?
Es una gran alegría. Si hay una editorial que respeto por su labor incansable es la EUNED. Si bien ganar un certamen no es la prueba inequívoca de que se escribe bien, es un indicio de que otro ser humano leyó la obra y pensó que tiene calidad. Me siento muy agradecido y honrado.