Sepa cómo evitar choques de aves contra ventanas y salve algunas este verano

Juan Fernando Lara Salas, para La Nación

 

colibri

Imagen de un colibrí Amazilia rabirrufa (Amazilia tzacatl). Parte del compendio gráfico de la iniciativa Aves y Ventanas Costa Rica para crear conciencia sobre el problema y brindar ayuda. La lidera la bióloga Rose Marie Menacho-Odio, bióloga / FotografÍa: Erika Villegas Bustamante para LN.

 

Suena como un golpe seco; como quien lanza una media enrollada hacia la ventana. Por desgracia, en vez de una prenda es un ave que chocó contra el vidrio. Sea para auxiliarla o evitar futuros impactos, usted puede aprender a hacerlo.

Provoca la muerte de millones de aves migratorias y residentes en el país tanto comunes, raras o en peligro de extinción, asegura la iniciativa Costa Rica Silvestre del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac).

Se cree que, bajo ciertas condiciones, las ventanas les reflejan a las aves la vegetación o el propio cielo de una forma tal que estas creen que es real, explicó Shirley Ramírez Carvajal, bióloga de la Comisión Nacional de la Gestión de la Biodiversidad.

Para evitar los choques, hay métodos cuya efectividad ha sido probada. Entre ellos se pueden colocar cuerdas, adhesivos o marcas pintadas en forma vertical en las ventanas, separadas entre sí a un máximo de 10 centímetros. Asimismo, las verjas o mallas gruesas de protección en ventanales pueden brindar esta protección. Con estas ayudas, las aves descubren el obstáculo antes de golpearse.

La colocación de calcomanías individuales o siluetas en vidrios es una técnica muy usada pero inefectiva, explicó Ramírez, al recordar que las aves no esquivarán una ventana con una o dos calcomanías en el cristal. Es probable que choquen contra el resto del espacio descubierto.

“Por eso debe cubrirse toda la ventana. En estos meses de verano, este es un problema que suele pasarles mucho a aves migratorias que se alejan del invierno en el hemisferio norte hacia zonas cálidas, al sur del continente. En ambos sentidos del viaje, siempre hacen una pausa en Costa Rica”, añadió Ramírez.

El fuerte golpe en la cabeza del ave puede ser razón suficiente para causarle la muerte por daño cerebral o bien, fracturarle el cuello. Si sobrevive al impacto, con seguridad podría estar aturdida y sería incapaz de enfocar la mirada.

Allí, el ave puede quedarse una hora o más. Si esta empieza a mostrarse activa, puede llevarse a un sitio abierto, lejos de peligros como gatos, perros, carros o más ventanas y dejar la caja abierta para que pueda volar.

Según un artículo científico de Menacho Odiouna posible explicación de que los colibríes choquen con mayor regularidad, podría ser la presencia de comederos y plantas con flores cerca de ventanales. No obstante, la bióloga aclaró que esta hipótesis requiere de investigación adicional.

 

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Nota: Quién golpeó mi ventana, de Rose Marie Menacho Odio, forma parte de la Serie Ambiental Infantil Mapachín y está disponible en Librerías UNED y por la Librería Virtual.