Selección Anual de Cuento: Entrevista con Tobías Ovares

Limpieza dominical, de Tobías Ovares, será publicado como parte de la Selección Anual de Cuento EUNED 2021

 

tobias

Tobías Ovares es licenciado en periodismo por la Universidad de Costa Rica (UCR) y egresado del Taller Nacional de Teatro del Ministerio de Cultura y Juventud.

Carolina Arias Núñez
Promoción Editorial EUNED

 

Tobías Ovares Gutiérrez (San José, 1969) es periodista y actor. Coordinó publicaciones especializadas en teatro, como la revista Encuentro (Teatro Popular Melico Salazar) y Propuesta (Memoria de las Artes Escénicas); además, es crítico de teatro y escritor colaborador para el periódico La Nación.

En 1997, Ovares publicó el poemario titulado El dios linfático. Hoy conversamos con él sobre Limpieza dominical, libro escogido para su publicación como parte de la Selección Anual de Cuento EUNED 2021.

 

1. ¿Podría compartirnos una sinopsis de Limpieza dominical

Limpieza dominical reúne nueve cuentos sobre las andanzas de tres personajes vinculados entre sí por la sangre, la locura y el desafecto. Muy a su pesar, Joselito y Evangelina son hermanos y mutuos recordatorios de un pasado familiar que irrumpe para poner en crisis la aparente calma en la que viven. Como si una hermandad incómoda no fuera suficiente, también son vecinos. Sus casas -una frente a la otra- constituyen espejos a los que no quieren asomarse. Por ese motivo, los dos se han convertido en expertos de la mirada esquiva. Sin embargo, vivir así tiene un costo y de eso es que van estos cuentos: de lo que sucede cuando uno pretende desentenderse de sí mismo. El problema no radica tanto en “eso" de lo que se huye, sino en “eso otro" que uno, sin desearlo, encuentra.

Gregorio, el tercero a bordo, es un buen tipo al que le sucede lo impensable. Sabemos que estuvo casado con Evangelina, pero el resto de su vida es una nebulosa, a pesar de sus obsesivas explicaciones. Este drama familiar está atravesado por lo fantástico, lo absurdo y el humor.

 

2 ¿Cómo fue el proceso de su escritura?

Debo confesar que Limpieza dominical nació como nueve brevísimas sinopsis que llegaron una detrás de otra, en el lapso de un par de horas. Lo único meritorio que hice fue quedarme frente a la computadora a esperar que anidaran en la pantalla. Lo demás fue trabajar para descubrir lo que se escondía en el fondo de estos relatos seminales y, sobre todo, detrás de ese regalo o encargo... Fue un proceso discontinuo, a veces divertido, a veces incómodo, siempre autorreferencial.

Durante el parón obligado de la pandemia, decidí que ya era hora de sacar el texto de su anónima comodidad. He sido un lector más o menos esmerado y he escrito ficciones desde la infancia, pero publicar siempre había sido un pendiente con el que no quería lidiar. Sin embargo, me llegó la hora de reconocer que hay libros que lo usan a uno como instrumento y, en esos casos, lo más prudente es dejar que caminen solos y abran espacio para nuevas aventuras.

 

3. ¿Cuál fue su motivación para escribir este cuentario? 

Siento que las motivaciones fluctuaron en las distintas etapas del proceso. Al principio, privaba la necesidad de quitarme de encima a estos tres personajes que merodeaban a su antojo por mi cabeza, reclamando atención o suplicando por tal o cual destino.

Luego, durante las distintas fases de escritura, exploré las posibilidades de la palabra para circular por ese entramado de materia y ámbitos intangibles que somos. Eso me interesó mucho y lo disfruté con total intensidad.

En otros momentos, debido a mis antecedentes como aspirante a filólogo, los debates fueron semánticos, sintácticos y estructurales.

Hacia el final del camino descubrí que el proceso me había permitido regurgitar horas y horas de lecturas entrañables. Incluí los epígrafes que dieran cuenta de ello y di por concluida la tarea. Limpieza dominical es mi homenaje a los libros de otros. Dejar constancia de semejante amorío es la motivación que subrayaría.

 

4. ¿Cómo se inserta este trabajo en su carrera como escritor?  

Llevo muchos años a cargo de la columna de crítica teatral del periódico La Nación y, aunque entiendo que esa labor constituye un ejercicio de escritura creativa, los retos de la ficción narrativa son muy diferentes. 

Limpieza dominical no se insertaría en mi actividad habitual como “escritor”, sino que la empujaría hacia otros terrenos que apenas comienzo a vislumbrar.

Me emociona pensar que, a estas alturas de mi vida, puedo debutar en una actividad que me resulta significativa y que se suma a un trabajo de investigación creativa que atraviesa mis oficios de actor, periodista y crítico de arte. Finalmente, ya planté un árbol y tuve un hijo, así que el libro era lo único que me faltaba para cumplirle a José Martí.

 

5. ¿Qué significa para usted y su carrera que este cuentario haya sido escogido, en la Selección Anual de Cuento EUNED, para su publicación? 

Como visitante asiduo de librerías y ferias, siempre he sentido mucho aprecio por el trabajo de la EUNED y, por extensión, de cualquier organización o persona que ponga su fe en los libros.

Entre muchos otros, poseo varios títulos de la colección que la EUNED ha publicado sobre teatro costarricense clásico y contemporáneo. Además, reconozco que es el sello editorial que más espacio le ha dado al reducido gremio de los críticos artísticos, del cual soy parte. Por lo anterior, me siento honrado y agradecido con la editorial y las personas integrantes del jurado de la Selección de cuento 2020. El respaldo de esta casa editora es vital para soñar con la posibilidad de seguir transitando por la ficción.

 

Más información:
promocioneuned@uned.ac.cr
2527-2443
8524-7758