La poesía como un informe de rendición/redención

Guillermo Fernández
Escritor y editor 

 

rendicion

Rendición de cuentas es el último libro de poemas del reconocido escritor Alfonso Chase. Se trata de varios poemarios en uno solo escritos en diferentes momentos. El largo poema que le da título al compendio, terminado en 2020, es uno de los trabajos más experimentales del autor, que ha buscado convertir su poesía en un informe documentado de Costa Rica, mediante el uso de la estadística y la historia. Aquí, la poesía de Chase tiene una tonalidad sentenciosa y analítica. Se advierte que el poeta presenta datos expositivos, como otros creadores lo han hecho, mediante el uso del estilo periodístico y denunciatorio. Coexiste en el discurso debates de la historia y de la sociología. Chase apela, como él mismo dice, a “Una poesía contaminada de vida”. El poema aquí fluye con el río sucio de las urbes y muestra todo lo que podemos imaginar. Un poeta-narrador-periodista nos informa cómo está el país, cómo se descarriló.

El río-poema se nos muestra cubierto de manchas, pero también lleno de las luces de los comienzos: “Había una sola manera de empezar: / remontar el río desde el nacimiento hasta su desembocadura. El río, / las márgenes, el fluir de su cauce hacia todos los otros cauces / de las aguas / subiendo y bajando las montañas / los volcanes, los promontorios pequeños. / De las riberas de la costa a la inmensidad de los océanos”. A la naturaleza gloriosa del país, Chase contrapone el anatema de la corrupción, de la que enumera, sin temblor, todos sus atributos: “¿De qué hablan idiotas?, ¡Es la economía! Las órdenes desde los bancos extranjeros, / los memorandos de los organismos internacionales, / cipayos convenientemente / colocados de gobierno a gobierno: siempre los mismos, iguales nombres / y bolsillos, juntas directivas, presidentes ejecutivos / sin capacidad de decisión, ratillas burocráticas pintándose las uñas…”

El poeta “escanea” la sociedad y no escatima el diagnóstico ni el prosaísmo con el cual puede comunicar su indignación como artista y ciudadano, que no se explica cómo un país con las bondades de la naturaleza y de su pasado específico, como Costa Rica, se ha hundido en los peores vicios. El río fluye desde el génesis, tal vez, y lleva la grandeza de lo que ven sus ojos, pero es inundado también por la abundancia de porquerías que le van arrojando. El poema se convierte en acusación. Se entiende por lo tanto que el poeta ha optado por recontar los errores de la nación como un patólogo forense. Sus hallazgos no trasuntan lirismo, el cual a veces es relegado a unos versos que remiten a cierta nostalgia: “No estamos a la altura de nuestra geografía / y nos han transformado en olvido”

La poesía en Rendición de cuentas es la poesía del lenguaje moderno apocalíptico. El apocalipsis es la corrupción de lo cotidiano, donde el modus vivendi, ya instaurado, sórdido, infecta cada átomo.

Destaca, solo según nuestro gusto, “El libro de Ur” (2006), otro estilo propio del verso simbólico chaseano. Los poemas ahí reunidos responden a la invasión de EE.UU. a Irak. Ronda su temática en la deformación de las creencias: “El Dios del presidente Bush no es mi dios. / La Biblia de los devotos siervos del Pentágono / no significa nada para mí”. Se trata un grupo de poemas potentes, que utilizan la simbología bíblica, en aquel tiempo paranoico del que poco se habla hoy, impermeable a la verdad, con guerras inventadas. Recordamos esa época como un limbo de intereses ávidos hegemónicos y donde hubo una confabulación para mentir. Sin duda, uno de los libros más logrados del autor, que conforman aparte de Rendición de cuentas, una notable unidad.

En solo trece poemas recordamos cómo la violencia se convirtió en acto de entretenimiento masivo. La guerra y la crueldad perdieron el estatus de afectar la conciencia de un modo contundente. Se siguió la televisión, con sus constantes noticias, como pornografía de Tánatos, pues hay también una de Eros y esta última se censura. No así la de Tánatos, que tiende a consumirse sin vergüenza. A través de los versos de Ur, el poeta nos recuerda a aquellos soldados, hombres y mujeres, que se tomaban fotos al lado de prisioneros humillados: “La imagen de la joven recluta / con su prisionero, echado al suelo / como un perro” o “Son perros dice el General y Comandante. / Sin bozal y con los dientes tensos / hacia la carne anónima”. En el tiempo evocado por el poema, también quedaron impresos los grandes saqueos en nombre de una cruzada que tiene a sus verdugos y sacerdotes: “Los tele-evangelistas, transmitiendo desde los antiguos palacios / me recuerdan las grandes migraciones de cuervos, / volando sobre el celeste cielo de Bagdad / para reventar, uno a uno, los ojos de los falsos creyentes”. Versos como abrojos son estos, como eriales, como la verdadera poesía no condescendiente.

El resto de poemas, “Año santo” (1975), “Cueca valseada” (1973), “De cómo encumbrando papalotes se nos presentó el cometa” (1973), “Poema al terminar otra campaña política” (1970), continúan el estilo de Rendición de cuentas. Proponen estos las inquietudes sociales y políticas de un intelectual y artista de los años setenta que reseña con pasión y mordacidad los avatares de la violencia institucionalizada. “Cueca valseada”, por ejemplo, es un informe poético de la dictadura de Pinochet. El poema sumerge al lector, por medio del collage, en los hechos históricos. Más que un poema, es un nuevo género narrativo con retazos de periodismo, poesía, eslóganes, artículos, sucesos.

En términos generales, “Rendición de cuentas” es un compendio de varios poemas y se puede leer como la postura espiritual y política del autor en varios escenarios de su existencia. Son en conjunto un polémico códice, que permanecerá como testigo impertérrito en las calles mudas de la noche.

 

Rendición de cuentas, de Alfonso Chase, está disponible en Librerías UNED y por la Librería Virtual. También, en versión eBook en este enlace.